Génesis 4:12 | Reseñas

Adhemar Manjón, Génesis 4:12, Perra Gráfica Taller, La Paz, 2016 

Recuerda haber pensado: otra novelita minimalista acerca de un joven de clase media al que le sobra el tiempo para deprimirse, decepcionarse amorosamente y deambular por una de las Ciudades del Eje. Recuerda haber pensado: aunque no, si los personajes de la novela minimalista y existencial boliviana pertenecían a la alta burguesía, éste parece venir de una fracción menos estable, tiene que resignarse a buscar un trabajo. Recuerda haber pensado: estoy cansado de los imitadores de Cheever y Carver, ¿no podrían, para variar, intentar imitar a Faulkner o a Pynchon?  Recuerda haber pensado: Es como los primeros libros de Maximiliano Barrientos o Liliana Colanzi con un poco más de sentido del humor y un español menos castizo (aunque castizo de todos modos). Recuerda haber pensado: el modelo neurótico de la contención y el control profesional sobre la prosa ha causado un daño enorme; por suerte, Manjón a veces se atreve a desobedecerlo. Recuerda haber pensado: en todo caso, lo que salva a esta novela es el sentido del humor. La sección de la prostituta que no permite que el personaje le chupe la vagina, porque él no sabe cuántas pijas ya han estado ahí.  Lo mismo pasa con la historia del abuelo del personaje, que en la Guerra del Chaco, atrapa un anta,  la usa primero para que sus soldados se desahoguen sexualmente y después para comerla. Y son este tipo de descubrimientos lo que hacen que no sienta que he perdido mi tiempo leyendo esta novela corta. Recuerda haber pensado: El  final se parece al de Un hombre que duerme (1967), una novela que, de algún modo, trata también del desinterés. Pero la novela de Perec, además de esto, se propone una escritura radical y una exploración incisiva del mundo, a lo que Manjón parece haber renunciado, a pesar del título. Recuerda haber pensado: el libro, el objeto, es bellísimo, pero es demasiado caro. En qué momento se le ocurrió a la Perra Gráfica que su público exclusivo sería la clase media privilegiada? , ¿En qué momento los intelectuales bolivianos se volvieron tan solipsistas?  Es bueno que sea una novela corta, porque así uno puede leerla en la librería, sin pagarla.