Continuamos las reseñas breves de películas que vimos en el Radical.
Y tú, qué ves? (30min), realizada por Violeta Montellano
El
cortometraje registra la historia de 3 de los alumnos de un curso de fotografía para no videntes. El cortometraje, dice la directora, se propone ampliar las percepciones del
público al cuestionar ‘el contexto oculocéntrico actual, y sugerir que la
significación de la imagen supera los límites de lo visible’.
El
cortometraje registra la experiencia del curso a partir de a) planos negros, en los que una voz maquinal
describe una imagen, que aparece después de la descripción; a estas imágenes
ausentes, les siguen b) registros del taller de fotografía para ciegos, y a estos
registros, a su vez, les siguen c) las
exploraciones fotográficas de tres alumnos, acompañados por entrevistas.
Para ser un cortometraje
que se interroga por el significado de la imagen y sus límites, la forma
cinematográfica a la que recurre la realizadora es muy convencional e incluso acinematográfica o precinematográfica.
La descripción oral de las imágenes, el registro naturalista, sin
intervenciones, el montaje realista y de continuidad, las entrevistas en
formato televisivo, todos hablan de una comprensión muy primaria del lenguaje
del cine que no se corresponde con su tesis teórica, que,
frente a las imágenes, parece desmedida y fuera de lugar (dejando de lado la
discusión acerca de si el cine es un medio idóneo para exponer o discutir o
argumentar ideas). O sea, el cortometraje pretende superar los límites de la imagen, pero lo
hace recurriendo a una forma cinematográfica muy limitada.
Más que
cuestionar la centralidad de la visión en la percepción contemporánea del
mundo, Y tú, qué ves? muestra algo
mucho más básico: si una idea cinematográfica no está acompañada del dominio
del medio, de su transformación en un ensamblaje de producir emociones, pierde
vida, se apaga.
Y tú, qué ves?, según he podido leer por ahí, es un
proyecto paralelo a la tesis de maestría en antropología visual de la autora. Y
esa sensación da, la de ser un apéndice, un proyecto derivado, que en este caso
no sé qué tanto le aporta a la tesis. El mediometraje me ha dejado la sensación
de que los 30 minutos que desperdicié viéndolo hubieran estado mejor dedicados
a leer el texto del que partió, que debe ser más interesante que este pretencioso documental.
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