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miércoles, 5 de octubre de 2016

Ansias y poses en Sucre | Premiere de un "Largometraje deconstructivo"

Como si no habría sido suficiente con Luces y sueños, los cineastas sucrenses nos sorprenden con otro estreno de gala, invitados especiales, sentimentalismo, auspiciadores y sesiones de fotos. Luz en la copa es el tercer largometraje de Alejandro Pereyra. Viene después de Verse, una película valiosa y Mirar, un ejercicio de estudiante de cine absolutamente prescindible. Alguien, posiblemente el jefe de marketing de la película, ha inventado que Luz en la copa viene de una gira por festivales europeos y latinoamericanos, pero esto es falso. Lo que sí sabemos es lo que dice el director, quien siente la necesidad de instruir al público de una manera esnob y paternalista, típica de intelectual de aldea, diciendo que se trata de un largometraje deconstructivo - aunque no hace el esfuerzo de aclarar un poco qué significa ‘deconstructivo’ aquí y por qué es necesario usar ese adjetivo a más de tres décadas de El espejo, por mencionar una película entre las muchas que no siguen una narrativa lineal.  Encima, en una maniobra no menos extraña, Pereyra invita a dos productores de publicidad y videoclips que a veces hacen cine, a una modelo que alguna vez ha fungido de actriz y a un periodista cultural para que legitimen la película con su presencia, figurando en los avisos publicitarios más que el reparto y el equipo. Parece que hay muchas ganas de notoriedad y de pertenecer a la Gran Familia (o Gran Mafia) del Cine Boliviano. El tráiler se ve muy mal y una reseña dice que es una película horrenda, pero otra dice que es una película que vale la pena ver. El periodista invitado se abstuvo de emitir su opinión, y en cambio transcribió textos que se habían publicado en otros medios. Tendremos que esperar. 

Reseñas de Luz en la copa:


1 comentario:

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