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jueves, 22 de diciembre de 2016

Caja de Resonancia 018 : Qué dice y qué no dice la crítica en los medios bolivianos


Ya sabemos que "Viejo Calavera" ha ganado todos los lauros de la vida, pero en su magnanimidad la Cooperativa Socavón Limitada ha decidido entregar un premio. Hablamos del palmarés al chupamedias más grande del cine boliviano, una peleada categoría entre tanto periodista/crítico/rrpp/porrista/agente publicitario/escribidor de cine (nuestra notación preferida) que se han desvivido por congraciarse con Socavón. 

Vistos sus méritos, parecía difícil que Santiago Espinoza -- el semiretirado escribiente de cine que por aquí conocemos bien -- tuviera competencia, hasta que apareció Sergio Zapata -- el leguleyo metido a crítico en sus ratos de ocio -- para defender el orgullo del rosquerio paceño. La verdad, estaría bien que la presea mayor se quedara en La Paz, donde aunque más malos que el ojo de McClaure contratando DTs, al menos se escribe artículos sobre cine con cierta frecuencia. En Cochabamba parece que solo quedan ex entusiastas y  analfabetos fílmicos empeñados en probar con sus textos que tampoco es que les vaya mejor en lo que hace a alfabetización pura y sencilla. En fin, aquí leemos la magistral sobada de Zapata:
  • "Ninguna película realizada en Bolivia contiene tal sentimiento de amor y compromiso con el cine como Viejo calavera." ¡Qué es esto si no entrar con patada voladora! Zapata ha visto absolutamente todas las películas rodadas en Bolivia y posee detalladas métricas de la "cinefilia" de sus responsables, lo que le ha permitido determinar sin posibilidad de dudas que el último hit de Socavón es la que la tiene más larga. Es simplemente irresponsable y hasta risible hacer este tipo de afirmaciones. ¿Con qué fin? ¿Es una burla este artículo? ¿Una trolleada deliberada de Zapata a este blog? ¿Puede un crítico serio, de un país con una cinematografía que se puede llamar así, tan libre del cuerpo, soltarse semejantes patanadas? ¡Madre mía!
  • "En tiempos en los que la rigurosidad fetichista, el maltrato al espectador y la verborrea leguleya son comunes, desde las sombras de la cinefilia Kiro Russo (director) y Gilmar Gonzales (guionista) pensaron un cuento moral..." ¿Sabrá Zapata que significa “cuento moral”?
  • "... un proyecto sólo posible de guionizar desde y durante el montaje..." ¿Qué significa esto? ¿Acaso es el tipo de conclusión que puede propalar Zapata gracias a su conocimiento del proceso de rodaje; es decir, por ser cuate de la producción?
  • "El inmediato antecedente de Viejo calavera es Juku (Kiro Russo, 2011) que anticipaba ya un cine por venir." ¿Un antecedente que anticipaba algo por venir? ¿Pleonasmo un poco o no habla español?
  • "Juku es un cortometraje que narra el rescate de un juku al interior mina y que refrescó el panorama fílmico boliviano por introducir la cámara en la mina de manera cinematográfica" ¿Qué querrá decir "manera cinematográfica"? ¿No amateur? ¿Operada por un graduado de cine? ¿Con finalidades estéticas? Las dos primeras, puede ser, la tercera... Por cierto, Zapata que se la ha medido a todas las películas y directores bolivianos, sabrá del teledocumental "La mina del diablo". Es porno-explotación de una asimetría de poder como "Viejo Calavera", aunque en este caso agravado por el factor foráneo y de moralismo bienpensante. El tema es que hay escenas de interior mina calificables, suponemos e incluso obviando las limitaciones del medio televisivo, de "cinematográficas".
  • "Filmar la oscuridad," Esta es la mejor prueba de lo fácil que es establecer un sentido de verdad en la "escena artística" boliviana, consolidar una interpretación dominante sobre tu obra. ¿Controlan los artistas los medios? ¿Son maestros en manipular narrativas mediáticas al estilo de Donald Trump? No, simplemente son cuates de los periodistas, y la rosca opera para hacer el resto. Así encontramos que el consenso sobre "Nana" la califica de un sentimental diálogo entre madre e hija, mientras "Viejo Calavera" es una "exploración de las sombras" (sic). Frase que, por cierto, aparece de manera literal en 95% de las críticas que se han escrito sobre la película en Bolivia (Sí, como a Zapata, nos gusta medírsela a los escribidores bolivianos.). Por aquí pensamos que la película no tiene nada de eso, ni en lo literal y menos en lo metafórico.
  • "Sobre la trama: Huanuni es el espacio que alberga a un grupo tradicional de mineros al que se incorpora Elder Mamani, un joven que odia la vida de la mina, que se llena de rebeldía, y que incluso comete algunos atracos, tras lo cual nos guía a las entrañas de la mina para comprender, junto con él, las posibilidades del perdón." Bienvenido al club de las oraciones interminables, esas que son párrafos enteros y ocupan hasta veinte líneas. Ah, qué lindo eso de "se llena de rebeldía", se nos puso poético Zapata.
  • "El ingreso al socavón lo conseguiremos con la venia del Tío de la Mina" ¿Khe? El Tío no aparece ni se menciona en toda la puta película. El director incluso dijo que eso fue deliberado.
  • "El ingreso al socavón lo conseguiremos con la venia del Tío de la Mina y la custodia del padrino, tutor del descarriado Elder; entre ambos, Russo despliega una forma original y auténtica de filmar en interior mina, a sus habitantes y por supuesto a su oscuridad y soledad." Otra oración-párrafo. ¿Cómo permiten los diarios esto? ¿Esperan que lo pueda leer alguien? No vamos a insistir más porque Zapata parece que escribe párrafos, no oraciones, y que este es un vicio que ni inscribiéndose en el "Yo sí puedo" se lograría atemperar en él.
  • "Russo despliega una forma original y auténtica de filmar en interior mina," No vamos a preguntar qué es "original y auténtico", dos conceptos que repelen a la crítica seria; lo que nos preocupa es la argumentación de tamaño disparate. O, mejor, la carencia de ella.
  • "y es aquí que hay que destacar la libertad que Russo despliega en cada imagen, lo que es posible gracias a la complicidad con Pablo Paniagua, director de fotografía." De acuerdo, no buscaremos aquí más análisis o discusión; por lo visto el artículo es una letanía de lisonjas gratuitas y punto.
  • " es precisamente en esa relación: noche, relámpagos y muerte que transitan los 80 minutos del filme." Seguramente esta es la única cosa interesante, o mejor "original y auténtica", que dice Zapata en todo el artículo.
  • " el compromiso de Russo y Paniagua de filmar el interior mina como nunca antes se había hecho." ¿En Bolivia, el mundo, el universo conocido? ¿Seguro? ¿En serio?
  • " pues el conocimiento acumulado por Russo y los chicos de la productora" Qué licencias, caramba. "Los chicos", al menos no esconde su compadrerío, pero tampoco se pase de confianzudo, don Sergio.
  • " el conocimiento acumulado" Aquí habría que poner algún emoji, pues nos hemos quedado sin palabras. Aceptamos sugerencias.
  • " además de contener una belleza ajena a la retina del cine boliviano común," Esta construcción tan ambigua se puede interpretar de muchas formas, todas ellas ofensivas. ¿Cómo? Retina remite al espectador, no a los realizadores. Más cuidado con las licencias poéticas, señor crítico.
  • "La autenticidad fílmica de Viejo calavera radica en la actualidad de sus imágenes y, a su vez, en la forma de relacionarse con la tradición; en este sentido, es una película concebida desde la cinefilia y por lo tanto, motivo de alborozo no sólo por el reconocimiento de la tradición, sino por la puesta en evidencia del dispositivo fílmico en su veta más rica: la recreación de formas de representación" ¿Dónde radica la actualidad de sus imágenes? No lo dice. Y es inaceptable que un así llamado crítico, y además uno de los “radicales”, piense que en la recreación de formas de representación preexistentes recaiga la “veta más rica del dispositivo fílmico”. Ya Quintín le había dicho a Zapata, en una entrevista, que la cinefilia tiende a ser conservadora, inflexible, poco abierta, pero no parece haberlo entendido.. Con sus fervores, circularidad y hermetismo centrípeto, la cinefilia es lo más cercano a una secta religiosa que se puede dar dentro de una expresión artística. Incluso dejando esto de lado, no hay nada más atado a los inicios de la posmodernidad fílmica (primer par de décadas luego de la segunda guerra mundial) que un cine que se examina a sí mismo y considera aquello un fin. ¿Reproducir eso en Bolivia de 2016, con sujetos en clara desventaja de poder que aquellos de los filman, es realmente celebrable? ¿"Actual"? ¿"Motivo de alborozo"? El título de su reseña, "Desde las sombras de la cinefilia", pensado como un elogio, opera irónicamente.
  • " que conmueve tanto al gran público como a la crítica." ¿Qué ha dicho el público sobre la película? ¿Hay forma de saberlo? Los scores que tiene la película en IMDB y Filmaffinity no muestran gran apasionamiento, ni en una dirección ni en la otra. Un 6.9 y un 5.2 se parecen más a un encoger los hombros con indiferencia que a "conmoverse".
  • " desde la genuina cinefilia," ¿Ven a lo que nos referimos? La cinefilia tiene hasta su Inquisición, separa a los puros de los que no son "auténticos cinéfilos" (sic), infieles o feligreses de otras denominaciones.
  • "Ahí tenemos el diálogo entre la luz y la sombra que viene de Hou Hsiao-Hsien, Vertov, Renoir, Buñuel, Tarkovsky, Chabrol, Resnais, Costa, Bresson y  Chaplin entre otros. Y no es exagerado mencionarlos porque Russo y su equipo evidencian estas fuentes, estos apetitos cinematográficos en cada gesto de la película." Referencias vagas, por no decir gratuitas.
  • " Y no es exagerado mencionarlos porque Russo y su equipo evidencian estas fuentes, estos apetitos cinematográficos en cada gesto de la película. " Cada gesto. Cada uno. Todos. Pero todos. Toditidos. Tutti. Tutti cuanti. Tukuy. Tukuypaj. The fucking whole of them.
  •  " El bagaje cinéfilo de Viejo calavera nos permite asistir a la historia de un viaje entre el altiplano, el socavón y los Yungas -de la oscuridad y constreñimiento telúricos hacia la ligera e iluminada selva-" ¿O sea, del cliché al otro cliché?¿O eso de oscuro = malo, iluminado = bueno es otra cosa?
  • " Viejo calavera no sólo ofrece una reconciliación de dos personajes, sino que también la esperada reconciliación del cine boliviano con su público. " (Léase con música de cuerdas melosas de fondo. Y ya que estamos, ¿por qué no se postulan contra Evo los Socavones, a lo mejor hasta unen y salvan el país? Es que, pedirles eso sería nada si consiguen el milagro de reenamorar al público boliviano con el cine de por aquí.)
  • "En el cine boliviano por lo regular nos enfrentamos al despliegue de figuras, formas indefinidas y bosquejos de elementos, es decir, a una suerte de apariencias, simples potencialidades que se diluyen en cuentos morales, pretenciosos o aburridos." Insistimos, ¿sabrá qué es un “cuento moral”? Abrió su comentario diciendo que "Viejo Calavera" era un cuento moral. ¿O se trata de una crítica escondida, de esas que los escribidores de críticas tienen que deslizar para sentir que ejercen su oficio, esperando que el amigo no lo vea o haya dejado ya de leer el laaaaaaargo artículo en ese punto?
  • "Si bien el cine es el despliegue de apariencias, la dialéctica entre el ser y el parecer como mecanismo de lucubración sobre la forma fílmica permite establecer y diferenciar la intención fílmica asociada con los presupuestos éticos de un filme frente a la propuesta formal de la película, es decir, frente a su resolución estética." ¿Qué carajo quiere decir? Por piedad, que trabalenguas deformes y descabezados como este no se pongan de moda entre los escribidores paceños ahora que se han hecho fans de Didi-Hubberman. ¡Por favor, todo menos eso! ¿En todo caso, por qué no dice, con el mayor cuidado posible, dónde está la relación entre el “ser” y el “parecer” en la película reseñada? ¿O cuáles son sus presupuestos éticos? ¿O cuál es la relación de éstos con la propuesta formal? La “verborrea leguleya” de la que habla Zapata al principio de su reseña, nos parece la más adecuada para sí mismo.
  • "Varias de las películas bolivianas del último tiempo sólo merodean y divagan en la apariencia, en una estrategia acomodaticia y complaciente respecto de una apariencia reconocible, conocida... " Estamos de acuerdo. Viejo Calavera nos parece, justamente, una película hecha en base al estilo internacional, reconocible y conocido para cualquiera que vea cine con cierta frecuencia. No para Zapata, cuya cultura cinematográfica parece limitarse a la repetición de nombres de directores del siglo pasado. La pregunta del millón aquí es, ¿a quiéncitos estará dirigiendo la indirecta Zapata? Es que en Bolivia, en su pobrísima "escena artística" (sic), solo así se puede "criticar", de refilon y pidiendo casi pidiendo disculpitas por adelantado.
  •  "Si bien ésta es la promesa del cine como objeto filosófico, Viejo calavera se ofrece como una materialidad para pensar y atender la emergencia de conceptos, y por supuesto descender al socavón como forma de redención y celebración de la inevitable emergencia de un cine del presente en Bolivia." ¡Arriba,arriba! ¡Abajo, abajo! 
  • "Si bien ésta es la promesa del cine como objeto filosófico, Viejo calavera se ofrece como una materialidad para pensar y atender la emergencia de conceptos" El autor no lo hace, no hace “emerger” ningún concepto o idea propia), sino que ...  ¿Qué? Justamente eso. ¡Qué! La finalidad de su texto desafía la capacidad de comprensión de toda la tojpa de envidiosxs que integramos este blog. De verdad. O es una genial broma práctica perpetrada contra el establishment del cine boliviano, o es una "auténtica" (sic) muestra del lamentable estado del quehacer "crítico" en el país.
  • El texto se cierra con un gesto de una belleza poética equivalente al blandengue y convencional esteticismo de la última secuencia de "Viejo Calavera". Copian y pegan parte del material promocional de la película. Sí, la nota de prensa. ¿Qué medio que se precie de su seriedad hace eso? ¿Qué crítico puede quedar contento con tal grado de desautorización y humillación pública? Seguramente solo uno que se alinea con el kit de prensa. Corrección, uno que es parte del equipo de promoción de la película. Esa doblada y bajada de pantalones es lo que le da a Zapata la ventaja sobre Espinoza. Pero tranquilos, todavía hay tiempo para que los "escribidores de cine" locales se superen en su servilismo. Digamos, poniendo "Viejo calavera" en sus rankings de mejores películas del año. Se aceptan apuestas.


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jueves, 1 de diciembre de 2016

Caja de Resonancia 017 : Qué dice y qué no dice la crítica en los medios bolivianos


CDR017 - S. Espinoza, "Adentro del Socavón Cine" (Opinión, Noviembre de 2016)

Anticipándonos al estreno de la película boliviana del año, del Siglo, DEL MILENIO!!!! recuperamos una sección que jamás se fue a parte alguna, como los críticos lambiscones y los clubes de amigos que son algo así como el Mal de Chagas del cine boliviano: ya que no puedes erradicarlo, aprendes a vivir con él. ¿Lo dudan? Aquí nuestra lectura de una obra maestra del chupabolismo a cargo de un viejo conocido del blog.

  •  “El fenómeno cinematográfico más estimulante de los últimos años es el que gira en torno al corto y mediometraje.” ¿En Bolivia, Latinoamérica, el mundo? No es una precisión banal dado lo proclives a la hiperbole que se han mostrado los periodistas bolivianos frente a esta película, si bien se puede perdonar al redactor confiar en la capacidad deductiva del lector.
  • “El trabajo de realizadores jóvenes, como Kiro Russo, Carlos Piñeiro, Pablo Paniagua, Miguel Hilari y Gilmar Gonzales, que ha merecido y sigue mereciendo selecciones y galardones en festivales de la talla de la Berlinale, Locarno, el Bafici, San Sebastián o Valdivia,” ¿No valdría la pena calificar esos galardones? No es lo mismo ganar el premio del público que el Grand Prix del festival, o uno de la crítica, o incluso uno dedicado específicamente a cineastas noveles o latinoamericanos. No es lo mismo ganar el mundial que el premio al fair play, ¿verdad que sí?
  • “da cuenta del saludable estado del cortometraje, a la vez que echa luces para entender lo que a estas alturas ya merece considerarse una –nueva- crisis del largo boliviano. Porque no es que el cine boliviano vive uno de sus peores momentos,” Espinoza amaga al lugar común pero termina con la rarísima construcción “echa luces”, una nimiedad. Lo grave está en que sufre esquizofrenia repentina y duda que la crisis sea vieja o nueva, incluso tan grave. Lo peor de todo es su temeridad para inferir, a partir de la buena salud del cortometraje, la pésima situación del largo. Nosotros reprobamos las clases de lógica formal, pero incluso así creemos que una cosa no necesariamente lleva a la otra.
  • “Con todo, eso que llamamos cine boliviano es un fenómeno cada vez más complejo, que ya no podemos reducir al largometraje exhibido en salas comerciales y con gran público.” Quizás la única afirmación con la que podemos estar de acuerdo en lo que va del artículo, y que efectivamente es sustentada por la evidencia que provee Espinoza.
  • “Ahora volvamos sobre el trabajo de Russo, Paniagua, Piñeiro, Hilari y Gonzales. Se trata de una camada de realizadores bolivianos que, dentro del corto y mediometraje, han hecho más que la mayor parte de los llamados cineastas que han estado estrenando largos en los últimos años.” ¿Qué quiere decir “haber hecho más”? ¿Cantidad de cosas, metros de cinta, kilos de discos extraíbles? Eso del elogio fácil y gratuito…
  • “Con sus realizaciones no solo le han devuelto a la cinematografía nacional una notoriedad –en especial- fuera de nuestras fronteras” Falso. Películas de Tonchy Antezana y Carla Ortiz han participado y ganado festivales internacionales, mereciendo cobertura de prensa e incluso difusión internacional. ¿A qué viene esa miopía ante la innegable evidencia? ¿Favoritismo? ¿Ganas de engrandecer a los amigos más de la cuenta? ¿No desperdiciar una oportunidad de congraciarse?
  • “están contribuyendo decisivamente a: 1) renovar las agotadas fórmulas de producción de cine en el país, 2) reivindicar el rigor técnico y estético de los productos audiovisuales, 3) plantear miradas inteligentes y frescas sobre temas tan bolivianos como universales, y 4) promover la adaptación del cine boliviano a los nuevos hábitos de consumo audiovisual.” ¡Apenas les falta curar el SIDA! Otro rato rebatimos cuánto de nuevas tienen esas formas de producción y consumo (¿Reemplazar la vieja rosca por una nueva?). Sobre lo falso de esas miradas frescas y universales... creemos que basta con leer cualquiera de las críticas que hemos publicado en este blog para conocer nuestra opinión.
  • “De entrada, hay que precisar que todos los cineastas arriba nombrados están reunidos en torno al colectivo Socavón Cine, en cuyas producciones alternan desarrollando diversas labores de realización, pero en una lógica que parece estar al servicio a las búsquedas formales y temáticas de cada uno de ellos, y no necesariamente de un proyecto unívoco.” ¿No es precisamente eso antinómico a la idea de un COLECTIVO? Nos suena más bien a la definición de un grupo cerrado que sabe explotar las economías de escala y los contactos internacionales.
  • “Eso sí, el pertenecer a este grupo habla de la voluntad de sus integrantes por entender el cine como un arte de creación colectiva, que implica la distribución de tareas de producción, pero también el enriquecimiento previo de los proyectos merced al intercambio-discusión de ideas y propuestas.” Léase: son cuates que se pasan entre ellos los contactos internacionales siempre y cuando se puedan beneficiar también por los reflectores, aunque sea de rebote. Ser el montajista de un corto estrenado en San Sebastián gracias a un contacto que le pasaste a un cuate, es mejor que ser el tipo que lo mira por la tele.
  • “Se nota que son cineastas que piensan y discuten el cine antes y durante su realización.” ¿Cómo llega Espinoza a esta conclusión? Viendo sus obras, seguro que no.
  • “ Algo que también comparten es su fe en la formación, académica y empírica, pues todos o casi todos han pasado por escuelas de cine (dentro y fuera del país) y han trabajado en producciones nacionales e internacionales de otros realizadores (como Sanjinés).” ¿Creer en una cosa y en su opuesta al mismo tiempo (empirismo y academia, nuevos vientos y viejos carcamanes), no es exactamente lo mismo que no creer en nada? Al menos no lo ocultan; haciendo de su pragmatismo evidencia perfecta de cuánto están dispuestos a tranzar si es que les ayuda a acomodarse.
  • “ A nivel estético se percibe en todos ellos una convicción no tanto de experimentar como de trabajar con el formato, de probar y descubrir los alcances de la materia que emplean para el registro de sus obras.” No tenemos idea de qué quiere decir Espinoza con esto. ¿Para él “experimentar” es copiar a David Lynch o qué?
  • “un soporte que se creía extinguido en nuestro cine,” ¿Extinto?
  • “Así también se manifiesta en el gesto documental de sus trabajos, sean de ficción o no ficción, que ha sido también una marca registrada de Sanjinés, y que tiende a romper las fronteras siempre difusas entre lo real y lo fabulado.” A ver, que un personaje equis confunda lo que es un documental, una obra de no ficción, un registro observacional, actores naturales, tramas libres, etc. vaya y pase, pero que lo haga un crítico es muy grave.
  • “En este contexto, podemos afirmar que, por ejemplo, en los viajes de retorno al campo de Max Jutam (Carlos Piñeiro, 2010) y El corral y el viento (Miguel Hilari, 2014) no hay, como en La nación clandestina (Jorge Sanjinés, 1989) o Yawar Mallku (Jorge Sanjinés, 1969), una renuncia al mundo individual de los protagonistas.” Es una observación sugerente.
  • “Hay asombro, el mismo asombro que vemos en el personaje de Enterprisse, que por un momento se olvida de su condición de indio, cargador, pobre y oprimido para entregarse al éxtasis de un juego del parque de diversiones, para olvidarse de su condición social e histórica y reencontrarse consigo mismo” Donde Espinoza ve una inocente fascinación, quizás una sospecha fundamentada por la lectura más superficial del trabajo de estos cineastas, otros verán alienación y abandono.
  • “Para acabar esta parte insisto en que este análisis se circunscribe solo a algunos de los trabajos de estos nuevos cineastas, por lo que su tesis no podría abarcar todo lo que vienen haciendo.” ¿Entonces, porque jugarse con un título y encuadre tan pretenciosos para el artículo?
  • “Aunque ya he ido sugiriendo algunas variantes (como continuidades) que el trabajo de estos cineastas plantea respecto al de sus predecesores, me gustaría insistir en una en particular: su modelo de producción cinematográfica. Y es que si partimos de que el cine boliviano más estimulante del último lustro habita en el cortometraje, es porque está permitiendo reinventar las formas de producción cinematográfica en el país. Escépticos de los apoyos públicos, inmunizados contra la adicción a fondos, laboratorios y cosas peores, convencidos de la riqueza que aporta el trabajo colectivo y técnicamente exigentes con sus hechuras, quienes cultivan estas formas de producción están perfilando un modelo del que deberían tomar apunte sus colegas, contemporáneos o mayores.” Economías de escala, ya lo hemos dicho y lo vemos como algo positivo. Pero… ¿Cuál es el punto de llamar a eso "colectivo"? Cooperativa suena más adecuado. En todo caso, creemos que es un punto que Espinoza (cualquier crítico, en realidad) debería polemizar.
  • “Si algo nos vienen demostrando con su trabajo Russo, Paniagua, Piñeiro, Hilari y Gonzales (y otros también más antiguos o nuevos, vinculados o ajenos a su colectivo y también militantes serios del corto y mediometraje, como Diego Mondaca, Joaquín Tapia, Sergio Bastani o Manuel Lacunza), es que se puede hacer cine boliviano de altura, riguroso y exigente, fuera de los márgenes del largometraje de ficción para salas comerciales.” Espinoza no puede con su sicofantismo y mete en la bolsa a todos sus cuates, no se vayan a enojar, aunque no toquen pito aquí y el hecho de que hayan producido cosas similares anteriormente dinamite la paupérrima hipótesis del artículo. Estamos de acuerdo con que se hacía cine “de altura, riguroso y exigente” en Bolivia desde antes, incluso en formato corto. Pero, entonces, ¿en qué queda el mérito de la cooperativa socavón limitada?
  • “Por eso, varios de sus trabajos ya tienen merecido un lugar privilegiado en la historia del cine boliviano” Jajajaja, cuidado te atragantes.
  • “Y este logro se debe, me parece, a que ellos no se han apresurado en hacer largos a como dé lugar, sino que han ido formándose y creciendo en sus propuestas desde el cortometraje.” ¿En ese caso, si el cortometraje no es un fin, la opción estética y filosófica de la cooperativa, cuál es su objetivo? ¿No se derrumba así el artículo de Espinoza, una y mil veces?
  • “Han entendido que el desarrollo de una obra con estilo cinematográfico requiere tiempo, paciencia y rigor, y no pueden dejarse ganar por premuras de otras naturaleza.” Sin embargo, considera una de las primeras obras de Sanjinés como “histórica”. ¿Releyó Espinoza su artículo buscando gazapos o pensando en la articulación de sus ideas? ¿Cuántas excepciones admite la regla esta de la maceración del talento?
  • “Y esto no es poco, teniendo en cuenta la cantidad de cineastas bolivianos que, aun con varios largos en su haber, no están ni cerca de alcanzar la solidez que estos cineastas han demostrado en sus cortos y mediometrajes.” O sea, en el país de los ciegos…
  • “Una solidez que esperamos corroborar en su primer largometraje, Viejo Calavera (Kiro Russo, 2016), acaso la película boliviana más esperada del último tiempo: una obra que, tras recorrer exitosamente festivales de la talla de Locarno, San Sebastián y Valdivia, debería estrenarse comercialmente en Bolivia en diciembre de este año.” Aistá la madre del cordero. Este artículo sirve solamente para dorarle un poco los kinotos a los cuates antes de su “consagración”. Que, por cierto, parece asegurada incluso prescindiendo del largometraje. ¿No es justamente eso lo que debería evitar un crítico, dejándoselo a los publicistas, groupies y otros limoneros? Claro, a menos que uno capitule desde la amistad y la prebenda, como sabemos es el triste caso del medio artístico boliviano.


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