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sábado, 21 de octubre de 2017

Qué hay detrás de la crítica?

Las preguntas de Souza son, como el mismo admite, preguntas retóricas, que ayudan pero nos desvían de lo más importante. Tal vez lo mejor sea una respuesta a la Benjamin: la crítica es una estratega en el combate cinematográfico.  Es decir, la crítica es una intervención en la escena cultural, la defensa y propuesta de una o varias ideas de cine contra otras ideas posibles. Y además, la crítica es un ejercicio de contemporaneidad, o sea, desmontaje y remontaje del presente.

Esto implica que la crítica tendría que comenzar por narrar las transformaciones del espacio en el que participa, algo que los críticos de cine bolivianos hace de manera muy deficiente, incluido Souza, que es uno de los más inteligentes. 

El campo del cine se ha transformado enormemente a partir de los noventa, Souza parece reconocerlo, pero sigue reseñando sobre todo lo que se proyecta en las multisalas y cuando va a su living es para ver básicamente cine de ficción de Festival mastodóntico o series de televisión. No reseñó ni una de las películas estrenadas en el Festival Radical, por ejemplo, pero tampoco escribe sobre el cine exquisito que puede verse en mubi o en youtube o en vimeo.

Por eso, creo, es que el ánimo de sus reseñas está apuntando casi siempre hacia el pasado (como admite implícitamente aquí). De acuerdo, no hay nada mejor que revisitar las películas que resisten el paso del tiempo, pero si un crítico no participa en los debates del día a día no está viendo las películas que se están haciendo hoy [1.12.2017], más que un crítico es un historiador o un académico que escribe sobre cine. Para saber de las películas que estos años nos han emocionado más, las que nos han mostrado nuevas posibilidades, que nos han hecho repensar lo que creíamos saber de cómo hacer una película, no hay que buscar en su columna. Los paraísos cinéfilos de Souza son muy restringidos [12.12.2017]

Es igual de incomprensible que los límites de lo pensable, el cómo y el qué se puede decir sobre cine en Bolivia, sigan siendo los mismos que fijaron críticos empíricos y llenos de limitaciones, hace cincuenta o más años. Remarcamos eso de "empíricos" ante el tic que se manifestó en torno a la finalidad de una carrera de cine. 

Eso último no importaría tanto, al final de cuentas. El tema está en que, aquellos años de nuevos cines y cines posibles, con sus restricciones materiales (la fisicalidad del celuloide, para empezar) y del discurso (dictadura), entablaban una relación de (re)significación bidireccional con su crítica. Que la crítica siga siendo así no más, y que los jóvenes críticos aspiren sin ruborizarse a parecerse a Souza cuando sean grandes, o repitan los aburridos clichés de otras críticas foráneas (con sus respectivas formas, temporalidades y contextos), es preocupante. Y quizás una muestra de que la crítica en Bolivia parece interesarse más por su capacidad de circular capital social, que por transformarse con sus objetos de reflexión.


La condición neurótica del cine boliviano, su fijación con ciertos modos de representación, su incapacidad de elaborar determinados traumas, su estancamiento en las mismas fantasías ideológicas – notoriamente la de la industrialización, nada más hay que ver la tardía y paticoja "recuperación" de esos cines que dan por llamar informales o marginales,   la condición neurótica del cine boliviano, decía, hay que explicarla también recurriendo a la conversación que producen los que escriben sobre cine, es en su capacidad o incapacidad para llevar las obras más allá de sí mismas donde se juega mucha de nuestra educación sentimental. 

8 comentarios:

  1. También a la Benjamin, esa intervención en el combate suele beneficiarse de lecturas a destiempo, que son, con frecuencia, las más útiles. En cristiano: ver por primera vez viejas películas todo el tiempo, como si fueran absolutamente contemporáneas. Lo otro, aquello de intervernir en el presente de la esquina (y no importa si es una esquina alternativa o la del multicine), quiere ser estratégico pero casi siempre es sólo táctico, otra de nuestras maneras de querer ser ansiosamente contemporáneos. Se perpetúa, por otra parte, una ilusión vanguardista: que la crítica depende de aquello que leemos o vemos.

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    1. ... It’s all well and good to do your 19th century stuff, but if you’re not alive to what’s being written right now — if you’re not going to the bookshop or the library and taking home five books and having judgments about them — you’re not really a literary person. - James Wood

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    2. Puede ser, pero James Wood no es el mejor ejemplo: Es de esos críticos que lee lo que se escribe ahorita mismo como si fuera un crítico del siglo XIX (i.e.: con categorías y esperanzas de reseñador de ese siglo). En literatura más que en cine, casi todo lo valioso en crítica siempre ha sido crítica sobre "19th Century stuff", con lo cual –me imagino– Wood se refiere a todo lo medio antiguo, todo lo que no son novedades del tipo "¿has leído lo último de x?". Y no es que leer novedades no esté bien, pero la vida es corta y también hay que pensar más allá de la ansiedad de pensarse bien informado. O más allá de suponer que nuestro presente tiene algún tipo de privilegio estético o vital simplemente porque es el nuestro. Basta recordar que la literatura boliviana "actual" está llena de escritores que creen que leyendo esto o aquello, "de ahorita mismo", pueden esconder el hecho de que leen mal y poco.

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  2. Souza reduce nuestro argumento para tener un hombre de paja al que pegarle con facilidad. No estamos ansiosxs por estar informados (no somos nosotrxs los que andamos escrutando los estrenos de multisala), pero sí pensamos que un crítico perspicaz mira en ambas direcciones, hacia el pasado y hacia el futuro. Que la vida es corta? Claro, pero eso es lo que ama hacer. No es que nuestro presente tenga algún tipo de privilegio existencial o estético, pero es el tiempo que nos ha tocado vivir, sólo aquí adquiere sentido lo que ha pasado y lo que está por venir. Suponemos que hay mucho que se puede decir sobre esto, pero no hagamos como si la cuestión estaría saldada. Por otra parte, nuestra crítica no se dirigía sólo a la falta de atención al presente, sino también a una visión domesticada de la tradición. Para resumir, digamos que paradójicamente, a Souza le gusta intervenir donde su voz importa menos: uniéndose al coro en estrenos multisala y en la veneración dogmática del pasado canonizado. Justo porque la vida es corta pensamos que tendría que usar mejor su energía y preguntarse realmente dónde está el cine hoy. No deja de ser una ironía que, para terminar su nota sobre la crítica, parafrasee a Beckett (quien, unx supondría, es un epígono de la vanguardia). Por fin, no sabemos a qué escritores “actuales” se refiera Souza y no nos dedicamos sino marginalmente a la crítica literaria (al contrario que Fernando Molina, que puede hacer el ridículo hablando de filosofía o pintura, conocemos nuestras limitaciones), pero viendo el catálogo de narrativa que se publicó mientras era director editorial de Plural, no confiamos mucho en su gusto. Lo que no significa que no queramos preguntarle, con interés genuino: ¿Si la crítica no depende también de los que vemos o leemos, entonces, de qué?, y además, frente a la ‘ansiedad por ser contemporáneos’, ¿qué propone él?
    PD: Souza también se equivoca en lo que dice sobre la crítica de cine en español. Sí, la crítica que se escribe en inglés es (muy) superior a la que se escribe en español, pero bastaría una lista corta para matizar o invalidar lo que dice – lo haremos pronto. Lo único que revela con este tipo de exabruptos es que hay un desajuste entre lo que lee sobre cine (poco) y lo que quiere que pensemos que lee (mucho).

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  3. ¿¿Exabruptos??
    ¿Acaso no "promueven la discusión y el debate argumentado" en el ultra-civilizado espacio de su blog?
    Nos parece que Souza respondió con una argumentación (justificación) de sus razones, ¿y ustedes dicen que es un "exabrupto"?
    Parece gobierno del MAS: juran que hay libertad de debate y dan palitroque al primero o segundo o tercero que se atrave a argumentar en su contra con argumentos de peso (relativo).
    Además, hay errores de lenguaje en su respuesta (imagino que es la falta de tiempo para dedicarse a las artes en el medio...). Así como tanto les gusta señalar las fallitas ajenas y no reparar en la vara que atraviesa sus propios y encantadores ojos de carnívorxs, nos sentimos en la obligación de llamar la atención sobre esos errores.
    En fin, somos confesadxs fanaticxs de Souza (que ha leído muchísimo y seguramente lee bastante (de) crítica). Pronto escribiremos con una defensa más detallada (de los argumentos... y de la persona, tal vez)... ya saben, el clásico argumento de que en Bolivia no tenemos trabajos que nos den tiempo pa' dedicaarnos a escribir y participar en debates de blogs.
    Por cierto, me encanta el blog. Ahora veo que tiene celebridad y renombre entre los que son alguien en el "reducidísimo" medio cultural bolita o paceño. Todo eso a pesar del ostentoso deseo de sus autorxs por ser unxs marginales absolutxs de ese campo intelectual.
    Saludxs y sigan el buen trabajx.

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    1. Gracias por comentar, pero antes de acusarnos de MASistas, lee con más cuidado, desperdicias 8 líneas atribuyéndonos cosas que no hemos dicho. No decimos que TODO lo que dice Souza sobre la crítica son exabruptos, pero sí lo de la crítica de cine escrita en español. Lo decimos en el sentido de “improvisado, brusco”, aunque, ahora que releemos su texto, nos parece es menos taxativo de lo que habíamos pensado en un primer rato. De todos modos, no va a pasar más de un mes antes de que publiquemos una lista comentada de sitios, revistas, blogs, etc., y ahí las lectoras van a poder ver si Souza tiene razón (y entonces ha leído muchísima si es que no toda la crítica de cine que se escribe en español) o no (y entonces resulta que no ha leído tanta). Luego, nosotrxs, hasta donde entendemos, no hemos atacado a Souza. Discutimos sus ideas y sus (posibles) decisiones editoriales. Siempre agradecemos la discusión y la crítica, y no vamos a ser nosotrxs quienes estemos diciendo la boludez de que no cometemos errores.

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    2. Bueno, pues nos disculpamos si les hicimos desperdiciar ocho líneas de lectura de su precioso tiempo (y del nuestro). Como dicen, a segundas lecturas o terceras, se repara en cosas que la lectura apresurada y usualmente emotiva y emocionada no deja percibir.
      Nuestras disculpas y gracias por su aclaración.
      Nuestra acusación no era de MASistas, era una comparación: "parecen".
      A ver si siguen con las reseñas críticas de las películas que salen directo a dvd en el mercado andino-fronterizo (?). Vieron esa que se llama "Matar para vivir" de Édgar Ticona. Él tiene varias. Hay otra sobre karisiri y condenado, que si les gusta Spedding (como parece ser el caso), podría interesarlxs. Y, claro, el clásico "Matrimonio aymara".
      Cuando producen, nos gustan más que cuando pelean. "Me gusta tanto cuando produces..." (Épocas de machismo, ustedes saben).

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  4. Lo que escribieron/lo que leí:
    "algo que los críticos de cine bolivianos hace de manera muy deficiente, incluido Souza, que es uno de los más inteligentes..." - nuestra inteligencia es tan superior a la de todos los demás críticos de cine en Bolivia, que por supuesto también estamos en posición de evaluar y validar parcialmente la deficiente (pero existente) inteligencia de Souza.

    "No reseñó ni una de las películas estrenadas en el Festival Radical, por ejemplo" - Su ignorancia y banalidad podrían subsanarse, en parte, si fuera más como nosotrxs y escribiera de lo que nos interesa (y como nos gusta, con sorna monocular). Hasta que el cine y la crítica en Bolivia no se vuelvan suficientemente marginales, elitistas y misántropas, merecerán todo escupitajo que le lancemos desde nuestra torre de marfil y celuloide.

    "la condición neurótica del cine boliviano, decía, hay que explicarla también recurriendo a la conversación que producen los que escriben sobre cine, es en su capacidad o incapacidad para llevar las obras más allá de sí mismas donde se juega mucha de nuestra educación sentimental."
    - La condición neurótica de la crítica de la crítica hay que explicarla recurriendo a los lugares (podría ser Sucre? Cochabamba quizá?) donde se fragua nuestra educación sentimental de acomplejamiento y amargura frente a toda producción nacional ajena. Quizá no lleguemos a surgir y consagrarnos (al no estar en la médula de la rosca cultural), pero al menos nos habremos asegurado que todos quienes estén en proceso de hacerlo, reciban algún escupitajo en el camino. Pero no se lo tomen a mal, nuestro aparente desprecio es una especie de terapia correctiva, piadosa y calvinista a la vez.

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