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sábado, 27 de febrero de 2016

Caja de Resonancia 015 : Qué dice y qué no dice la crítica en los medios bolivianos


Lo malo de tener los estándares tan bajos es que terminas conformándote con muy poco. Cuántas veces hemos visto a la selección nacional festejar victorias pírricas o empates inútiles. Pasa exactamente lo mismo con el arte boliviano. Tan pronto una obra rompe la continuidad de bodrios mediocres a la que estamos habituados, comenzamos a encumbrarla entre las obras maestras del género [1]. Algo que también se aplica a la crítica cultural en Bolivia. Vivimos tan privados de reseñas literarias que somos capaces de llamar "crítica" a un collage de citas sospechosamente retaceadas. ¿El pretexto? Se menciona a Bolivia en "Purity" de Jonathan Franzen, un best seller internacional. ¿El resultado en términos críticos? Aquí lo comentamos.
  • " −Hablemos de Bolivia-, dice Andreas Wolf, personaje de Purity, en los preliminares de la historia, y su compañero le contesta: −Es un país sin costa, la tenía, pero Chile se la robó." Criticar la horrenda puntuación de los "críticos" bolivianos es un fetiche personal, pero aquí la autora hace magia y enlaza guiones largos, comas, y puntos seguidos en una sola oración. Se lo perdonaríamos si fuese una paráfrasis, y la culpa recayese en Franzen y sus traductores. No es el caso, evidentemente. Y es que cuando el lede de una escritora hiere tanto los ojos...
  • Tres cuartos de la nota los ocupa una sinopsis paticoja y un collage de fragmentos en los que Franzen menciona a Bolivia. ¿En serio no se podía criticar/analizar/comentar un poco más el contenido de esas frases? La autora parece contenta con el esfuerzo de marcar y transcribir las páginas señaladas. ¿Justifica eso una publicación de esta naturaleza? ¿Hacerlo no equivale a reducir el Ulysses a la escena en que comen rostro asado en Potosí, las Cartas del Yagé a las tres líneas que cruzan desde La Paz Burroughs y Ginsberg? ¿Butch Cassidy & the Sundance Kid o cualquier película del Che, a los minutos en que intentan hacer pasar un pueblito de la frontera mexicana por Bolivia? Parece que para mucha gente no hay problema en permitirse ese provincianismo.
  • "Una búsqueda rápida en Google nos devuelve el verdadero Refugio Los Volcanes, situado a dos horas de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en el límite sud del Parque Nacional Amboró. Ofrece, además de turismo ecológico, paseos por los 15 kilómetros de senderos que recorren el bosque que lo rodea. Los Volcanes, rico en fauna y flora, ha sido visitado por renombrados científicos como el ornitólogo Robert S. Ridgely." ¡Esta era la historia! Cómo Morales siguió la pista, descubrió el lugar, qué llevó a Franzen ahí, un tipo de serias aficiones ornitológicas y no del todo fuera de la esfera de Edmundo Paz-Soldán, quien a lo mejor hasta recomendó hospedaje al norteamericano. Entendemos que no le interese a Franco o esté fuera de su alcance, pero un trabajo más periodístico sí era necesario en este caso, especialmente si el artículo no aspira a ser una reseña de la novela, sino algo así como un vistazo a lo que reflejó de Bolivia Franzen en su reciente libro.
  • "Si bien una tercera parte de la trama tiene como escenario Bolivia, las menciones a nuestro país son contadas, entre apuntes que no pasan de la mera anécdota y descripciones oníricas del trópico cruceño, poco o nada saca a Bolivia de las sombras." Tal vez este era el punto de replantearte la nota. ¿Una mera anécdota lo ameritaba?
  • ¿Y qué tal si confrontamos la visión de Franzen con la mirada casi igual de foránea que vuelca sobre la misma región Rodrigo Hasbún en su última novela? ¿Es esa la voz del escritor profesional americanófilo contemporáneo, hablando de Bolivia? Un paralelismo que creemos valdría la pena explorar. Y acaso confrontar con la del igual americanizado Maximiliano Barrientos, que ha encontrado en Montero su Mississippi particular.
  • "Al final, uno no sabe si sentirse halagado, tristemente retratado o simplemente utilizado como excusa en una visión superficial sobre la América Latina virgen y exuberante en naturaleza, pero profundamente tercermundista" Nosotros tampoco lo sabemos. Tal vez habría ayudado a aclarar el análisis si Morales hubiese reparado un poco en los comentarios que hace Franzen, por medio de sus personajes, sobre el sistema político boliviano. Centrarse menos en la poco sorpresiva mirada que el estadounidense dedica al paisaje, para explorar las relaciones de poder que se establecen en Purity entre la fundación del sosias de Assange y el gobierno Boliviano. Tal vez habríamos descubierto que el retrato va más allá del cliché y el "insulto" a una Santa Cruz que huele mal y ofrece poco de atractivo más allá del Primer Anillo, todo esto según Franzen. Es lo que tiene mantener estándares tan bajos.
  • En Le Plaisir el alemán Max Ophüls adapta tres cuentos de Guy de Maupassant. En el segundo segmento de la historia, una cuadrilla de damas de la noche viaja a la campiña para celebrar una primera comunión. Abordo del tren encuentran un diario que relata el inicio del conflicto bélico entre Chile y Bolivia, haciéndoseles tan exótica y lejana la noticia que el oximoro de Guerra del Pacífico no se les pasa por alto. ¿Para cuándo un artículo sobre la película? [2]



[1] Huelga decir que no todos en el equipo del blog estamos igual de entusiasmados con el trabajo de Miguel Hilari. Hay quienes lo celebran por lo que es, otros lo encuentran problemático y sobrevalorado dentro de sus méritos como cine boliviano eminentemente exportable, y hasta hay quienes lo detestan por potencialmente deshonesto y explotativo de sus sujetos (esa escenita en que le explica la cámara filmadora a su tío...). Pero ese es un tema para otro día. Lo mencionamos solo para que vean que aquí no somos una cuadrilla de bullys/haters/envidiosos/psicópatas que olvidaron tomar sus pastillas, y que abrazamos el disenso dentro de nuestras propias filas. Y claro, resaltar que incluso a los "fanáticos" de Hilari nos parece una memez incluir su primer mediometraje entre obras del tamaño de "Ukamau". Si nos lo preguntan, "Zona Sur" es igual de cuestionable que "El corral y el viento" en ese terceto nacional. Pero ese también es tema para otro día.

[2] Que nuestra bocota se haga chicharrón.

3 comentarios:

  1. Me siento muy honrado de mi trabajo que ha llevado a una cuadrilla de anónimos a tan profundos cuestionamientos sobre la propia identidad. Después de mi película, la cuadrilla se da cuenta que no son bullys, no son haters, no son envidiosos y tampoco son psicópatas. Nos informan que no se olvidan de tomar sus pastillas y que incluso abrazan el disenso dentro de sus propias filas. Mi película provoca que ellos más bien retomen y abracen su identidad profunda: una logia secreta de cosmopolitas en noble cruzada contra el galopante provincialismo. Qué honor.
    Cómo ya les he sido tan útil una primera vez, me permito observar algunas actitudes suyas que, cual lunares provincianos, podrían llegar a mellar su pulcritud cosmopolita (y nadie quiere eso).
    - Tiran barro a mi película en tres líneas para limpiarse la propia cara. No me parece muy cosmopolita de su parte.
    - El cine no es una medición de alturas. Yo tampoco creo que mi película esté “a la altura de” Ukamau, en realidad no conozco esas alturas de las que hablan, por ahí ustedes que parecen ser muy duchos en alturas me pueden ilustrar. Pero si creo que un diálogo entre estas películas puede ser interesante. Cerrarse al diálogo petrifica las obras, y eso también está bastante alejado del brillo cosmopolita tan profundamente suyo.
    Con la esperanza de seguirles siendo útil ¡los saludo, anónimos cosmopolitas!

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    1. Hola Miguel. Gracias por participar en este foro, más aún adoptando nuestra retórica mordaz. Lamentamos que nuestra referencia a los comentarios ad hominem que algunos lectores nos dejan, te descolocaran. Es culpa nuestra por recurrir a las bromas internas, gags para lectores de largo aliento. Te explicaríamos que nos acusaron de bullys/haters/psicópatas mal medicados, pero... ¿dónde quedaría el chiste?

      Vivimos en la más provinciana de las capitales de este país: Trinidad. ¿Qué tal esa contradicción, hermosa, que celebramos sin pudor?

      Lo de las alturas y anchuras... son figuras discursivas, nada más. Estamos considerando publicar una serie de "mesas redondas" sobre películas bolivianas, en las que 3 o 4 de nosotras comenten audiovisuales bolivianos desde distintas perspectivas. Probablemente tu mediometraje sea uno de ellos. Nos encantaría que participases en una de esas mesas. O alguno de los programadores del ciclo de la Cinemateca que incluye tu obra. ¿Nos ayudas a invitarlos? ¿Te apuntas?

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