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jueves, 1 de diciembre de 2016

Caja de Resonancia 017 : Qué dice y qué no dice la crítica en los medios bolivianos


CDR017 - S. Espinoza, "Adentro del Socavón Cine" (Opinión, Noviembre de 2016)

Anticipándonos al estreno de la película boliviana del año, del Siglo, DEL MILENIO!!!! recuperamos una sección que jamás se fue a parte alguna, como los críticos lambiscones y los clubes de amigos que son algo así como el Mal de Chagas del cine boliviano: ya que no puedes erradicarlo, aprendes a vivir con él. ¿Lo dudan? Aquí nuestra lectura de una obra maestra del chupabolismo a cargo de un viejo conocido del blog.

  •  “El fenómeno cinematográfico más estimulante de los últimos años es el que gira en torno al corto y mediometraje.” ¿En Bolivia, Latinoamérica, el mundo? No es una precisión banal dado lo proclives a la hiperbole que se han mostrado los periodistas bolivianos frente a esta película, si bien se puede perdonar al redactor confiar en la capacidad deductiva del lector.
  • “El trabajo de realizadores jóvenes, como Kiro Russo, Carlos Piñeiro, Pablo Paniagua, Miguel Hilari y Gilmar Gonzales, que ha merecido y sigue mereciendo selecciones y galardones en festivales de la talla de la Berlinale, Locarno, el Bafici, San Sebastián o Valdivia,” ¿No valdría la pena calificar esos galardones? No es lo mismo ganar el premio del público que el Grand Prix del festival, o uno de la crítica, o incluso uno dedicado específicamente a cineastas noveles o latinoamericanos. No es lo mismo ganar el mundial que el premio al fair play, ¿verdad que sí?
  • “da cuenta del saludable estado del cortometraje, a la vez que echa luces para entender lo que a estas alturas ya merece considerarse una –nueva- crisis del largo boliviano. Porque no es que el cine boliviano vive uno de sus peores momentos,” Espinoza amaga al lugar común pero termina con la rarísima construcción “echa luces”, una nimiedad. Lo grave está en que sufre esquizofrenia repentina y duda que la crisis sea vieja o nueva, incluso tan grave. Lo peor de todo es su temeridad para inferir, a partir de la buena salud del cortometraje, la pésima situación del largo. Nosotros reprobamos las clases de lógica formal, pero incluso así creemos que una cosa no necesariamente lleva a la otra.
  • “Con todo, eso que llamamos cine boliviano es un fenómeno cada vez más complejo, que ya no podemos reducir al largometraje exhibido en salas comerciales y con gran público.” Quizás la única afirmación con la que podemos estar de acuerdo en lo que va del artículo, y que efectivamente es sustentada por la evidencia que provee Espinoza.
  • “Ahora volvamos sobre el trabajo de Russo, Paniagua, Piñeiro, Hilari y Gonzales. Se trata de una camada de realizadores bolivianos que, dentro del corto y mediometraje, han hecho más que la mayor parte de los llamados cineastas que han estado estrenando largos en los últimos años.” ¿Qué quiere decir “haber hecho más”? ¿Cantidad de cosas, metros de cinta, kilos de discos extraíbles? Eso del elogio fácil y gratuito…
  • “Con sus realizaciones no solo le han devuelto a la cinematografía nacional una notoriedad –en especial- fuera de nuestras fronteras” Falso. Películas de Tonchy Antezana y Carla Ortiz han participado y ganado festivales internacionales, mereciendo cobertura de prensa e incluso difusión internacional. ¿A qué viene esa miopía ante la innegable evidencia? ¿Favoritismo? ¿Ganas de engrandecer a los amigos más de la cuenta? ¿No desperdiciar una oportunidad de congraciarse?
  • “están contribuyendo decisivamente a: 1) renovar las agotadas fórmulas de producción de cine en el país, 2) reivindicar el rigor técnico y estético de los productos audiovisuales, 3) plantear miradas inteligentes y frescas sobre temas tan bolivianos como universales, y 4) promover la adaptación del cine boliviano a los nuevos hábitos de consumo audiovisual.” ¡Apenas les falta curar el SIDA! Otro rato rebatimos cuánto de nuevas tienen esas formas de producción y consumo (¿Reemplazar la vieja rosca por una nueva?). Sobre lo falso de esas miradas frescas y universales... creemos que basta con leer cualquiera de las críticas que hemos publicado en este blog para conocer nuestra opinión.
  • “De entrada, hay que precisar que todos los cineastas arriba nombrados están reunidos en torno al colectivo Socavón Cine, en cuyas producciones alternan desarrollando diversas labores de realización, pero en una lógica que parece estar al servicio a las búsquedas formales y temáticas de cada uno de ellos, y no necesariamente de un proyecto unívoco.” ¿No es precisamente eso antinómico a la idea de un COLECTIVO? Nos suena más bien a la definición de un grupo cerrado que sabe explotar las economías de escala y los contactos internacionales.
  • “Eso sí, el pertenecer a este grupo habla de la voluntad de sus integrantes por entender el cine como un arte de creación colectiva, que implica la distribución de tareas de producción, pero también el enriquecimiento previo de los proyectos merced al intercambio-discusión de ideas y propuestas.” Léase: son cuates que se pasan entre ellos los contactos internacionales siempre y cuando se puedan beneficiar también por los reflectores, aunque sea de rebote. Ser el montajista de un corto estrenado en San Sebastián gracias a un contacto que le pasaste a un cuate, es mejor que ser el tipo que lo mira por la tele.
  • “Se nota que son cineastas que piensan y discuten el cine antes y durante su realización.” ¿Cómo llega Espinoza a esta conclusión? Viendo sus obras, seguro que no.
  • “ Algo que también comparten es su fe en la formación, académica y empírica, pues todos o casi todos han pasado por escuelas de cine (dentro y fuera del país) y han trabajado en producciones nacionales e internacionales de otros realizadores (como Sanjinés).” ¿Creer en una cosa y en su opuesta al mismo tiempo (empirismo y academia, nuevos vientos y viejos carcamanes), no es exactamente lo mismo que no creer en nada? Al menos no lo ocultan; haciendo de su pragmatismo evidencia perfecta de cuánto están dispuestos a tranzar si es que les ayuda a acomodarse.
  • “ A nivel estético se percibe en todos ellos una convicción no tanto de experimentar como de trabajar con el formato, de probar y descubrir los alcances de la materia que emplean para el registro de sus obras.” No tenemos idea de qué quiere decir Espinoza con esto. ¿Para él “experimentar” es copiar a David Lynch o qué?
  • “un soporte que se creía extinguido en nuestro cine,” ¿Extinto?
  • “Así también se manifiesta en el gesto documental de sus trabajos, sean de ficción o no ficción, que ha sido también una marca registrada de Sanjinés, y que tiende a romper las fronteras siempre difusas entre lo real y lo fabulado.” A ver, que un personaje equis confunda lo que es un documental, una obra de no ficción, un registro observacional, actores naturales, tramas libres, etc. vaya y pase, pero que lo haga un crítico es muy grave.
  • “En este contexto, podemos afirmar que, por ejemplo, en los viajes de retorno al campo de Max Jutam (Carlos Piñeiro, 2010) y El corral y el viento (Miguel Hilari, 2014) no hay, como en La nación clandestina (Jorge Sanjinés, 1989) o Yawar Mallku (Jorge Sanjinés, 1969), una renuncia al mundo individual de los protagonistas.” Es una observación sugerente.
  • “Hay asombro, el mismo asombro que vemos en el personaje de Enterprisse, que por un momento se olvida de su condición de indio, cargador, pobre y oprimido para entregarse al éxtasis de un juego del parque de diversiones, para olvidarse de su condición social e histórica y reencontrarse consigo mismo” Donde Espinoza ve una inocente fascinación, quizás una sospecha fundamentada por la lectura más superficial del trabajo de estos cineastas, otros verán alienación y abandono.
  • “Para acabar esta parte insisto en que este análisis se circunscribe solo a algunos de los trabajos de estos nuevos cineastas, por lo que su tesis no podría abarcar todo lo que vienen haciendo.” ¿Entonces, porque jugarse con un título y encuadre tan pretenciosos para el artículo?
  • “Aunque ya he ido sugiriendo algunas variantes (como continuidades) que el trabajo de estos cineastas plantea respecto al de sus predecesores, me gustaría insistir en una en particular: su modelo de producción cinematográfica. Y es que si partimos de que el cine boliviano más estimulante del último lustro habita en el cortometraje, es porque está permitiendo reinventar las formas de producción cinematográfica en el país. Escépticos de los apoyos públicos, inmunizados contra la adicción a fondos, laboratorios y cosas peores, convencidos de la riqueza que aporta el trabajo colectivo y técnicamente exigentes con sus hechuras, quienes cultivan estas formas de producción están perfilando un modelo del que deberían tomar apunte sus colegas, contemporáneos o mayores.” Economías de escala, ya lo hemos dicho y lo vemos como algo positivo. Pero… ¿Cuál es el punto de llamar a eso "colectivo"? Cooperativa suena más adecuado. En todo caso, creemos que es un punto que Espinoza (cualquier crítico, en realidad) debería polemizar.
  • “Si algo nos vienen demostrando con su trabajo Russo, Paniagua, Piñeiro, Hilari y Gonzales (y otros también más antiguos o nuevos, vinculados o ajenos a su colectivo y también militantes serios del corto y mediometraje, como Diego Mondaca, Joaquín Tapia, Sergio Bastani o Manuel Lacunza), es que se puede hacer cine boliviano de altura, riguroso y exigente, fuera de los márgenes del largometraje de ficción para salas comerciales.” Espinoza no puede con su sicofantismo y mete en la bolsa a todos sus cuates, no se vayan a enojar, aunque no toquen pito aquí y el hecho de que hayan producido cosas similares anteriormente dinamite la paupérrima hipótesis del artículo. Estamos de acuerdo con que se hacía cine “de altura, riguroso y exigente” en Bolivia desde antes, incluso en formato corto. Pero, entonces, ¿en qué queda el mérito de la cooperativa socavón limitada?
  • “Por eso, varios de sus trabajos ya tienen merecido un lugar privilegiado en la historia del cine boliviano” Jajajaja, cuidado te atragantes.
  • “Y este logro se debe, me parece, a que ellos no se han apresurado en hacer largos a como dé lugar, sino que han ido formándose y creciendo en sus propuestas desde el cortometraje.” ¿En ese caso, si el cortometraje no es un fin, la opción estética y filosófica de la cooperativa, cuál es su objetivo? ¿No se derrumba así el artículo de Espinoza, una y mil veces?
  • “Han entendido que el desarrollo de una obra con estilo cinematográfico requiere tiempo, paciencia y rigor, y no pueden dejarse ganar por premuras de otras naturaleza.” Sin embargo, considera una de las primeras obras de Sanjinés como “histórica”. ¿Releyó Espinoza su artículo buscando gazapos o pensando en la articulación de sus ideas? ¿Cuántas excepciones admite la regla esta de la maceración del talento?
  • “Y esto no es poco, teniendo en cuenta la cantidad de cineastas bolivianos que, aun con varios largos en su haber, no están ni cerca de alcanzar la solidez que estos cineastas han demostrado en sus cortos y mediometrajes.” O sea, en el país de los ciegos…
  • “Una solidez que esperamos corroborar en su primer largometraje, Viejo Calavera (Kiro Russo, 2016), acaso la película boliviana más esperada del último tiempo: una obra que, tras recorrer exitosamente festivales de la talla de Locarno, San Sebastián y Valdivia, debería estrenarse comercialmente en Bolivia en diciembre de este año.” Aistá la madre del cordero. Este artículo sirve solamente para dorarle un poco los kinotos a los cuates antes de su “consagración”. Que, por cierto, parece asegurada incluso prescindiendo del largometraje. ¿No es justamente eso lo que debería evitar un crítico, dejándoselo a los publicistas, groupies y otros limoneros? Claro, a menos que uno capitule desde la amistad y la prebenda, como sabemos es el triste caso del medio artístico boliviano.


Éste es blog no es un grupo cerrado. Recibimos contribuciones, propuestas o cualquier otra cosa en pequeniascarnivoras@hotmail.com  

6 comentarios:

  1. Creo que el pedo del amiguismo nos molesta a todos, y a veces nos termina haciendo ver cosas donde no hay. Me parece que hay los dos lados como extremos. Amiguismos rosqueros y envidias supurantes. Tampoco es que estén al medio ustedes no?

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  2. Otro correo delirante de un miembro de la Cooperativa Socavón Cine:

    " Hola Herboso,

    Muchas gracias por invertir tu tiempo opinando sobre textos escritos acerca de nuestro trabajo.
    Si quieres "charlar" con alguien al respecto, debería ser con el autor del texto que opinas.

    Con nosotros (o conmigo porque no hablo por nadie más) puedes sentarte a charlar sobre la película, cuando la veas.

    Además, sería interesante leer críticas al trabajo y no opiniones a textos/Críticas de otra gente que no tiene nada que ver con nosotros, la verdad no se si te da la erudición para escribir algo más decente y sin tanta envidia, que hable de cine y de lo que estamos haciendo, ya veremos, es bienvenido.
    En todo caso yo te digo, más feo que la parafernalia, es aspirar a ser crítico de críticas, así que a ver si nos ponemos las pilas, vomitamos la bilis y te pones a escribir algo que valga la pena.

    Entonces hermano si tienes preguntas o lo que sea, nos podemos sentar a charlar, sabes donde encontrarnos (lastima que no podamos decir lo mismo), pero que sea un diálogo de verdad sobre el trabajo, tu tienes alguno? quizá te puede ir mejor expresándote con imágenes y sonido!

    Te esperamos en el cine Roquesillo, lleva a tus carnívoras, así planean mejor el palo.

    Saludos!


    Pablo Paniagua
    Productor, Director de Fotografía, Editor

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  3. Hola, de nada, es un gusto ser las únicas dedicadas a esto, sobresalir entre el llunk’erío, remover las aguas de este basurero cultural.
    No es necesario sentarse a hablar de la película en un café de Sopocachi. No lo has entendido, no tendría que ser tan personal.
    Habrá crítica a la película en cuanto podamos verla.
    Preguntas por nuestro trabajo. No sé si has visto, pero aquí hay más de una docena de reseñas y comentarios de películas. Tal vez la pereza no te lo permitió.
    A ti te puede parecer que no es relevante la crítica de la crítica, aunque no dices nada interesante al respecto (“critican por envidia”, por favor, varíen un poco!), quizá porque te gusta la felación que proporcionan los pseudo críticos; a nosotras nos parece que esta crítica devela la forma en que funciona el mundillo cultural local. Al contrario que a ti, eso a nosotras nos divierte muchísimo.
    Una lectura atenta de las cajas de resonancia, entre otras, muestra varios puntos de fuga para pensar la escritura de la crítica cinematográfica: formas de escritura que permiten disfrutar del cine y precisar mejor la posición propia. Eso, ayudar a crear una capa más de sensibilidad y texto, nos parece rebueno y suficiente.
    Estaremos en el cine. Vamos a ver Viejo Calavera con muchas expectativas, y vamos a escribir sobre la película, así como sobre tu fotografía, sin considerar la pobreza y chatura de tu comentario. Y sí, a pesar de tu posición conformista y reaccionaria, nos pareces un camarógrafo talentoso.
    Repetimos, nuestro trabajo está aquí, son nuestros textos. No tiene sentido que nos pidas “imágenes y sonidos”. Nosotros no te pedimos que escribas crítica (aunque no te vendría un poco más de esfuerzo al escribir y al pensar el cine, y un poco más de reflexividad (pero, ¿sabes qué significa “reflexividad”?).
    Saludos!

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  4. Interesante: El artículo de Espinoza es tan servil que incluso uno de los elogiados sintió necesidad de desmarcarse.

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  5. Hola. Realmente creo que por un lado tienen razón y por otro no. O sea. También la función del crítico es apoyar lo que cree que necesita de apoyo. Como producción de viejo calavera nosotros contamos con muy pocos recursos, así que la expectativa que se creó gracias a los medios fue un gran apoyo el momento de hacer realidad la idea de tener una peli que sin conceder, pueda ser comercial. (La única concesión fue quizás la música del final, que bajo un criterio estrictamente moderno está de más, es efectista, etc., pero finalmente a nosotros también nos termina emocionado como soundtrack final de todo un proceso).
    Obviamente han habido gestos amistosos hacia la película... Pero también han habido gestos destructivos...
    Creo que la producción de crítica sobre la crítica es importante. Y me da pena estar en una posición en la que implícitamente me está prohibido responder tanto a los elogios como a las defenestraciones... Sin embargo las reacciones críticas que generó el viejo calavera son un buen Bestiario del Estado de las cosas en la producción de periodismo cultural en nuestra provincia, y les pediría hagan eso que para nosotros está prohibido; osea poder sondear el panorama que se abrió en cuanto a producción de pensamiento a partir del Viejo Calavera... Feliz me desgañitaría de la forma más subjetiva posible...

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    1. Yo no creo que la función del crítico sea apoyar lo que cree que necesita apoyo. En todo caso, concordarás en que hay una importante diferencia entre emitir una valoración positiva sobre una película que se analiza con los mismos baremos que otras cuyos realizadores no conoces, que elogiar desmedidamente una película porque te consta el esfuerzo y compromiso de sus realizadores, prescindiendo a veces de la obra misma. De ahí a pasarse de la raya como Espinoza, Zapata y compañía aún queda trecho, lo que ya es trágico para el trabajo "crítico" de los susodichos.

      ¿Por qué te podría estar prohibido responder a los elogios y "defenestraciones"? Y perdón si la pregunta es ingenua, pero es honesta. ¿No se hace esto de manera implícita en las redes sociales, filtrando con likes, comentarios, tags y reposts?

      En cuanto a comentar el panorama de "pensamiento" (sic) expuesto a raíz del estreno de "Viejo Calavera", eres bienvenidx de hacerlo aquí; bajo alias incluso, si así lo prefieres. Conoces nuestro email y los comentarios están siempre abiertos.

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