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martes, 3 de enero de 2017

Caja de Resonancia 019 : Qué dice y qué no dice la crítica en los medios bolivianos | Contribuciones

CDR019 - S. Morales, "Balance del cine boliviano en el 2016" (La llegada del tren, Diciembre de 2016)

Johnycito Sacaba<xxyyxxyy@gmail.com>
mar 27/12/2016 06:40 p.m.

Me parece bien desenmascarar a un grupo de seudoperiodistas que se han convertido en lo que ya se menciona en esta página: agentes, RRPP, compañeros de chelas, de los pseudocineastas con los que nos intentan vender humo. Sebastian Morales es parte activa de esa mafia. 

En su balance del 2015 dijo textualmente que no vio muchas películas ese año. ¿En serio? ¿Un crítico de cine que no ve cine?

Y este año rescata las películas que este bloque de mafiosos consideran buenas y promueven a través del Festival Radical. O al revés, que promueven a través del Festival Radical y por ende, porque les dieron los derechos de proyección/estreno, porque son sus amigos, venden que son buenas. Están cultivando un género que creíamos olvidado: “la crítica que no critica”.

Démosle una miradita al balance 2016 que hace el señor Sebastian Morales y que escribe sin ningún pudor.
  • El 2016 ha sido sin duda alguna uno de los mejores años para la cinematografía boliviana en al menos una década.  ¿Bajo qué parámetros se hace este juicio de valor? Es una afirmación antojadiza, como muchas de las afirmaciones que hace Morales. ¿Una década? Quizás encuentra un mejor rendimiento en el cine debido a que muchos de los trabajos que le sirven para afirmar tal cosa son de sus cuates de siempre. 
  • Varias películas  de vital importancia fueron estrenadas este año. Hay seis filmes para destacar: Viejo Calavera (Kiro Russo), Nana (Luciana Decker), Luz en la copa (Alejandro Perreyra) , Sol, piedra, agua (Diego Revollo), Saldos (Juan Alvarez-Durán y Jorge Sierra) y Engaño a primera vista (Johanan y Yecid Benavides Jr).  Nuevamente afirmaciones antojadizas, “vital importancia” ¿para quién? ¿para él? ¿para el cine? ¿para Bolivia? ¿para los cuates que menciona? No es casualidad que casi todos estos filmes se hayan proyectado en el Festival de Cine Radical, donde Morales es un habitué por no decir un co-organizador.
  • Estas obras son importantes por tres motivos. En primer lugar,  los realizadores de cada una de las cintas mencionadas, desde una visión personal, tienen muy claro el cine que quieren hacer y defienden. ¿Así que el Boulocq, el Agazzi, el Sanjinés, el Bellot, el de Días de boda y todos los que alguna vez agarraron la camarita y filmaron lo que les dio la gana, no tienen claro el cine que quieren hacer y defienden?
  • Desde propuestas marcadamente autorales como Nana o Luz en la copa hasta filmes que defienden el estatus de entretenimiento del cine como Engaño a primera vista, hay el gesto primordial de pensar el séptimo arte y traducir ese pensamiento en una obra coherente con los postulados que se asumen. ¿Los demás no pensaron? Parece que no. Solo piensan y son autorales los bendecidos por el Radical.
  • Esta situación, que aparece claramente en las seis películas citadas, no era común en una cinematografía como la boliviana. ¿No se cansa de imaginarse cositas? ¿De crear movimientos dentro del cine que no existen?
  • En segundo lugar, este año el cine boliviano ha tenido una gran visibilidad tanto fuera como dentro de las fronteras. Viejo Calavera ha ganado premios en los festivales más importantes del mundo y se ha escrito bastante sobre la película en varios medios extranjeros. Olvidados también se paseó por cuanto festival pudo, y tuvo alfombras rojas varias, y Carlita Ortiz hasta fue vista en CNN hablando de la película, entre muchos otros deslices exhibicionistas. Viejo Calavera ha ganado premios en festivales de segunda, y la mitad han sido menciones. El señor Morales sigue pasando materias para sacar su doctorado en Vender Humo.
  • Russo, en ámbitos cinéfilos, ha producido interés por lo que se hace en Bolivia en materia de películas. Al mismo tiempo, da la impresión que el público boliviano  está recuperando la confianza en el cine realizado acá.  Tanto Viejo calavera como Engaño a primera vista y Nana han tenido la capacidad de llenar grandes salas de cine. Engaño a primera vista sí consiguió llenar salas y estar en cartelera un tiempito, sobre todo en La paz, gracias también a que es apoyada por el MegaCenter. Viejo Calavera solo duró una semana en ciudades como Cochabamba, Santa Cruz, y etcéteras. Decir que se generó interés afuera es mentir una vez más, la movieron bien que es distinto. En público hubo el interés de la misma gente que asiste a ver Olvidados, o Juana Azurduy. Los mismos espectadores de siempre. Quizás lo más anecdótico es lo sucedido con Nana, cuando en su exhibición/debate en La Paz se quedaron discutiendo tres horas si era racista o no. Con las palabras de la tía de Decker, quedó claro que sí. La niña patrona nomás. El público boliviano no recupera confianza en el cine local. Prueba de ello es que ninguna de estas películas se sostuvo en cartelera más tiempo del usual. No sabía que Morales era Miss Bolivia Cine y nos representaba a la hora de decir qué pensamos los espectadores.
  • Finalmente, estas películas son importantes porque fortalecen un modo de producción sustentable, lo que permite pensar que lo que ha pasado el 2016, puede repetirse en el futuro. Viejo calavera y Nana son películas que han consolidado equipos de trabajo que seguramente van a repetir los éxitos alcanzados. La bola de cristal de Morales es envidiable, seguro que gracias a ella pudo saber antes que nadie que Trump ganaba las elecciones en USA. No es secreto que los famosos “equipos de trabajo” bolivianos a los que alude andan peleándose por todo y por nada. Les das unos segundos de prensa y ya empiezan a cuestionarse y pasarse factura los unos a los otros.
  • En el caso de Russo, ya es habitual, desde su etapa de cortometrajista, su colaboración con Pablo Paniagua (fotografía) y Gilmar Gonzales (en el guion). Mientras que Decker está apoyada por sus compañeros de la Escuela Popular del Cine Libre: Miguel Hilari (El corral y el viento) , Gilmar Gonzales, Joaquín Tapia y Simón Avilés. Se afianzan pues alianzas creativas, vitales para el  cine, sobre todo, en el complejo contexto boliviano. Saque su bola de cristal señor Morales y veamos cuánto duran las alianzas creativas entre tanto ego. Esperemos de pie, porque no vamos a necesitar sentarnos.
  • En este recuento, no se puede dejar de lado al acontecimiento cinéfilo del año: el Festival de Cine Radical. Si ese es el acontecimiento cinéfilo del año, estamos peor de lo que pensábamos. Morales no se cansa del onanismo y de autopublicitarse a través de un festival del que siempre ha sido parte.
  • El evento, en este año, ha dado un paso enorme para consolidarse como el festival más importante de Bolivia. Según quién. Me gustaría salir a la calle y preguntarle a la gente quién conoce el citado festival. Solo lo conocen ustedes y cuatro gatos locos más.
  • De hecho, cinco de las seis películas mencionadas tuvieron su estreno en el festival, convirtiéndose así en el espacio del cine boliviano por excelencia. De hecho, ese es el problema. Ese es el gran problema. Promueven malas películas, exhiben malas películas, y lo peor, no se dan cuenta.
  • Pero además, el festival ha logrado una  exquisita selección de películas extranjeras, que incluyeron la visita de grandes cineastas como José Luis Guerin o la dupla Perut+Osnovikoff. ¿Quién es José Luis Guerin? Un nadie que hace películas y documentales regulares, y la dupla Perut Osnovikoff, dos chilenos que no son malos documentalistas, pero que hacen trabajos que a nadie le interesa ver. Sí, sigan trayendo “grandes cineastas”.
  • Todos estos elementos permiten hablar con optimismo del cine boliviano. Hace años que el crítico de cine que no tiene tiempo de ver películas a lo largo de la año (aparte de las que mira en el Festival Radical) habla con optimismo del cine boliviano.
  • Hay por supuesto, varios retos que son necesarios tomar en cuenta para el 2017. Entre ellos, la consolidación del Festival de Cine Radical como el espacio por excelencia del buen cine. Para consolidarse, debe existir primero cimientos. No hay cimientos de espacio por excelencia del buen cine. Plantéense una mejor curadoría.
  • En segundo lugar, la apertura de espacios buenos de formación para futuros cineastas. La UMSA estaba en tratativas para ofrecer una carrera de cine, cosa que todavía no ha llegado a los frutos esperados. Perdón, pensé que éramos optimistas y que el cine boliviano estaba en su mejor momento en lo que va de la década. ¿Contradicciones?
  • En tercer lugar, es necesario reconocer la importancia de la investigación en cine en Bolivia. Si no hay investigación, no hay memoria y sin memoria, no hay una imagen del país. El hecho que se haya declarado desierto el fondo de fomento de la Alcaldía de La Paz en la categoría de investigación es sintomático de la incomprensión de la importancia de este rubro para el desarrollo de algo así como una cinematografía nacional.  ¿A quién debieron darle esa platita? Será que se declaró desierto porque nadie cumplía con los requisitos básicos. No imagino que haría el señor Morales con ese dinero entre sus manos. ¿Otro especial sobre el cine de Juan Carlos Valdivia?
  • En el cine, las películas son muy importantes, pero si no hay un apoyo institucional (como por ejemplo, festivales), los esfuerzos de los cineastas quedan en nada. ¿Cuáles serían esos esfuerzos? ¿Quiénes serían esos cineastas esforzados? Russo, Decker? Valdivia?
  • Así como se le exige al cine cumplir ciertos estándares, la crítica boliviana tiene que dejar de ser tan lambizcona. Los lectores nos damos cuenta quién es quién y cuándo tienen una agenda. 


Este blog no es un grupo cerrado. Recibimos contribuciones, propuestas o cualquier otra cosa a pequeniascarnivoras@hotmail.com  


2 comentarios:

  1. Jajaja que ridículo artículo, puro superficialísimo, sin un mínimo análisis de fondo. Lo escrito aquí es una clara muestra de envidia… todo lo contrario de quien pretende criticar: un estudioso metódico y riguroso, cuyo primer libro publicado se ha convertido en uno de los más valiosos aportes a un análisis de fondo y teorización del cine boliviano.
    Me resulta que su intento por ‘desenmascarar’, termina siendo una triste demostración de su propia ignorancia y pedantería. Pero no lo desaliento más, quien sabe tal vez algún día haga algo importante.
    Persista, pero lea y prepárese más.

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  2. Un comentario típico de los que recibimos en el blog. Descalificaciones que nunca intentan provocar discusión. La estupidez, por lo visto, es la normalidad de la mayoría de lxs pseudo artistas bolivianxs. Metódicos y rigurosos en su áurea mediocridad.

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